VIVIMOS EN SOCIEDAD por Salomé Valdés



Desde tiempos inmemorables, las personas se agrupaban en tribus para sobrevivir: cazar, reproducirse, defenderse, criar, etc. Estas agrupaciones tenían su manera de pensar, creencias y costumbres; y estas eran distintas unas de otras. La consecuencia de que una persona no siguiera a su tribu era ser expulsado de esta, dejándolo expuesto a todo tipo de peligros: ataque de otras tribus, de animales, falta de autoabastecimiento, etc. Básicamente, podríamos decir que por aquel entonces, imitar, necesitar ser aceptado se fue convirtiendo en un mecanismo de defensa.



Con el paso del tiempo, hasta el siglo pasado, surge el término adolescencia, una etapa que abarca entre la niñez y la edad adulta. Estos jóvenes, toman fuerza y protagonismo después de la Segunda Guerra Mundial y marcan el comienzo de la búsqueda por saber quiénes somos y qué sentido le daremos a la vida, además de encontrar nuestro lugar en el mundo. A partir de aquí, empiezan a formarse subculturas, también recién conocidas como tribus urbanas. Algunos la definen como una serie de movimientos y expresiones culturales, usualmente juveniles, colectivos, que rebasan, rechazan, se marginan, se enfrentan o trascienden la cultura institucional y otros como aquello que se caracteriza en ir en contra de cualquier institución y de los pensamientos considerados hegemónicos, dominantes de esa época.



En los últimos años, el ser humano ha estado lidiando por encontrar el equilibrio perfecto entre ser diferente y al mismo tiempo imitar al resto, es decir, encontrar el punto en el que podamos sentirnos únicos, pero no tan diferentes como para sentirnos extraños en este mundo. Y es que al final seguimos siendo los mismos trogloditas, pero versión contemporánea; necesitamos agruparnos en tribus para sentirnos aceptados y menos solos, pero a su vez para sentirnos diferentes a otras personas.

En relación con lo anteriormente mencionado, Maffesoli, un importante sociólogo, escribió "Los tiempos de tribus" donde analiza más detenidamente a estas nuevas culturas. Esta obra es crucial dado que aquí es donde se acuñó por primera vez el término "tribu urbana". Maffesoli cree que las sociedades actuales están sujetas a una serie de cambios rápidos y "efervescentes" que los están transformando de una manera incurable. En este libro, el autor analiza estos cambios y sus consecuencias: el "cuerpo social", las ideologías diferentes, las diferentes instituciones... están colapsando gradualmente, y se generan nuevos valores que "transforman" los antiguos muy rápidamente. Mantiene una mentalidad que analiza la sociedad postmoderna de hoy y cree que los sentimientos, las pasiones, los ideales, etc., hoy, han reemplazado a la "razón" y la racionalidad (típico del pensamiento ilustrado). Pero, además, el grupo ahora tiene prioridad sobre el individuo, los aspectos asociados con lo imaginario y, sobre estadísticas y cálculos, y finalmente lo local sobre lo global. Es interesante destacar cómo la identificación con un grupo y los procesos de "trivialización" restringen y socavan ciertos conceptos como la universalidad. En resumen, afirma que vivimos en la "era de las tribus", que se caracteriza por grandes grupos sociables o pequeños grupos en el que todas las relaciones se vuelven completamente inestables, de corta duración y evolucionan dentro de la sociedad a partir de un aumento constante masas.



En conclusión, los humanos somos una especie naturalmente social, por lo que instintivamente socializaremos y buscaremos ser aceptados. A pesar de que actualmente queramos ser únicos, no siempre podremos a evitar el "seguir a la masa” para no ser rechazados, la única manera de ser distinto sería ser uno mismo sin importar la que digan, pero eso llevaría a una posible marginación. Antiguamente, seguían a “la manada” para sobrevivir en la naturaleza, para no ser vulnerable a ella ¿pero ahora? Según mi punto de vista, es por miedo al olvido, el ser apartado en el mundo y quedarse completamente solo lleva a que nos olviden y el sentimiento de ser olvidado es la peor de las sensaciones, es como estar muerto en vida. Es por eso que tenemos miedo a la muerte, a las separaciones... porque eso supondrá un olvido; sin embargo, si tenemos un grupo de personas a nuestro lado, hará que esa sensación de olvido sea menor, y he aquí mi siguiente punto: vivimos en una sociedad hipócrita porque nuestro único objetivo como humano es ser igual, pero creyéndonos ser diferentes. En mi opinión, es imposible ser totalmente diferente, pero sí se puede ser original, aunque, ser original lleva el coste de poder ser rechazado, por lo que en esta sociedad solo tendríamos una elección: ser nosotros mismos o ser felices.

Salomé Valdés



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